La Conmemoración
de los Fieles Difuntos es una fiesta dedicada a los que han fallecido y persigue,
en la mayoría de culturas, apaciguar a los muertos que vagan aún por la tierra
sin encontrar el lugar de reposo. La práctica religiosa hacia los difuntos es
sumamente antigua. Fue alrededor del año 1000 cuando la Iglesia aceptó esta
fecha, el 2 de noviembre, como El Día de los Difuntos. Esta celebración es más
conocida en países como México con el nombre del Día de los Muertos. En España
la víspera es denominada como el Día de Todos los Santos, siendo costumbre
acudir a los cementerios para recordar a los seres queridos que ya no están con
nosotros, ponerles flores y limpiar sus tumbas. En países anglosajones existe
una celebración pagana celebrada la noche del 31 de octubre conocida popularmente
como Halloween.
El 1 de
noviembre, los Celtas celebraban el samain, que significaba el final del buen
tiempo. La noche anterior, ya que los celtas cuentan por noches en lugar de por
días, toda la comunidad debe asistir a la reunión bajo la amenaza de perder la
razón si no lo hacen. Consiste en una asamblea en la que se discuten asuntos
políticos, jurídicos, económicos y religiosos, seguida de un festín
interminable, marcado por la carne de cerdo y el vino: la primera produce la
inmortalidad y el segundo, el estado de trance en el que se comprende la
realidad metafísica y se logra la comunicación con los muertos, así como la
comprensión del Todo. En los países anglosajones esta fiesta se llama de
Halloween; en los germanos, de Walpurgis; y entre los católicos se celebra la
fiesta de Todos los Santos.
El 2 de noviembre
continuaban la fiesta de Samain con representaciones dramáticas sobre temas
mitológicos célticos, sagas y leyendas de los antepasados. Los católicos celebran
el Día de los Muertos.
El 3 de
noviembre termina la fiesta de Samain con una comida multitudinaria donde corre
la cerveza y se danza en torno al fuego nuevo. Una vez finalizada la fiesta,
los participantes se recogen en sus casas, ya purificados por la catarsis, y
dispuestos a vivir, al igual que la Naturaleza, hacia dentro.
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