La Epifanía es
una de las fiestas litúrgicas más antiguas, más aún que la misma Navidad. Es
una celebración muy significativa en el mundo cristiano. La mayoría de los
países que celebran la navidad conmemoran el 6 de Enero como “La Epifanía” o
“Día de Reyes”. La Epifanía es la presentación y ofrecimiento del Niño Dios a
los pueblos gentiles, a aquellos que buscan salvarse. Los Magos de Oriente
representan a todos esos pueblos lejanos, que iban a recibir la Redención de
Dios por medio de Jesucristo.
En el mundo
romano el día 31 de diciembre se celebraba con fuegos y enorme bullicio era el
fin del año solar. Era una fiesta catártica y de renovación en la que se hacen
ofrendas a la diosa Strenia, bajo cuyo auspicio se inicia el Año Nuevo.
El día 1 de
enero (calendas de enero), desde el año 45 a.c., Julio Cesar, siguiendo el
calendario egipcio, lo instituyó como el primer día del año solar. Es el día de
las "estrenas" en honor de la diosa sabina Strenia, de donde deriva
la palabra estrenar, ya que existe la costumbre de hacerse regalos. En Grecia
se dedica a Dionisos desde la noche anterior, en la que se despide al año,
corre el vino en abundancia, los hombres se visten de mujeres o de animales
cornudos. San Paciano, obispo de Barcelona siglo IV, lamentaba que los
cristianos celebraran las "Kalendas Ianuarias". También San Isidoro
de Sevilla condenaba estas fiestas.
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