Vamos a
recuperar algunos post (entrada en un blog) que hemos escrito, en calidad de
colaborador, en otros blogs relacionados con la Semana Santa con la intención
de hacer una recopilación para que no se pierdan en el olvido.
El presente post
se publicó el:
Domingo, 11 de
marzo de 2012.
I.-
LOS MAESTROS DEL REALISMO.
En torno a los
años de 1620, la Escuela Sevillana dio un paso decisivo hacia el realismo,
gracias a la acción de un artista genial por muchos conceptos, Juan de Mesa.
Juan
de Mesa y Velasco, nació en Córdoba en 1583, hijo de Juan de Mesa y Catalina de
Velasco.
En 1606 aparece como aprendiz en el
taller de Juan Martínez Montañés con veintitrés años, permaneció en su taller
hasta 1615.
En 1613 Juan de Mesa contrajo matrimonio con Dª María de Flores y
se estableció en la costanilla de San Martín en Sevilla.
Sus trabajos están
llenos de expresividad y dramatismo, es el
imaginero por excelencia de las hermandades penitenciales; Mesa es quien
mejor supo asumir las necesidades devocionales e iconográficas de la cofradías
sumidas ya en los gustos litúrgicos y estéticos derivados de la religiosidad
nacida en el Concilio de Trento.
Esta
etapa del realismo, inaugurada por Juan de Mesa, debe entenderse como la época
singular de la mejor imaginería, este periodo del realismo
durará hasta aproximadamente los años de 1650.
La etapa del
realismo hay que considerarla como un primer paso hacia el barroco, de esta
manera la Escuela Sevillana, se fue despegando del manierismo hasta alcanzar el
barroco.
Las imágenes de
Juan de Mesa tienen todas ellas una
altísima calidad, entre otras citaremos:
El
crucificado del Amor, contratado en 1618 por Juan
Francisco de Alvarado para la cofradía del Amor.
Mesa realizó una
imagen impresionantemente realista, inspirada en el Cristo de la Clemencia,
pero con diferencias puesto que Cristo
está muerto lo que confiere a la anatomía movimientos y aspectos distintos:
severo dramatismo en la cabeza con tosca corona de espinas, sudario de
retorcidos pliegues con las moñas
laterales, típicas de Mesa y tres clavos que determinan una composición
triangular, alcanzando notas muy emocionales por el concepto trágico que emana
de la escultura.
Cristo
de la Conversión del Buen Ladrón. En 1619, Mesa recibió el
encargo de la Cofradía de Montserrat, este crucificado tiene una gran altura
(1,92 m.), su tratamiento anatómico es de gran veracidad es una de las imágenes
más personales de Mesa y en la que más se aparta del modelo Montañesino.
Jesús
del Gran Poder. En el año 1620 Mesa esculpió esta
imagen que mide 1,90 metros y es imponente no solo por su altura sino por el
gesto decidido y varonil.
El rostro y la cabeza herida por las espinas resultan
las partes más trágicas. La figura posee un cuerpo anatomizado en gran parte y
tiene fuertes proporciones .
San
Juan Evangelista. Imagen de 1620, destaca el
volumen de las cabeza juvenil, hecha como queriendo insistir en la fuerza y
amparo que brinda a la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso.
Cristo
de la Buena Muerte. Esculpido en 1620,
actualmente Titular de la Hermandad de los Estudiantes de Sevilla, talla de
cedro de composición triangular, mide 1,76 metros y es quizá la imagen más
humana de Juan de Mesa por la belleza corporal
que posee, gracias a la armoniosa proporción de sus miembros, se trata
de un Cristo muerto, la cabeza es de las más humanas de la imaginería pasionista hispalense, el
original sudario tiene tintes dramáticos por los complicados pliegues como por
la cuerda que desgarra la carne.
El
Nazareno de la Rambla. Realizado entre 1621 y 1623,
es una escultura espléndida, de elevado porte y acabada perfección escultórica.
Crucificado
de la Vera Cruz. Iglesia de las Cabezas de San Juan
de hacia 1622-1623.
Crucificado
de la Misericordia. Iglesia colegial de Osuna,
imagen más pequeña del natural, mide 1´35 metros.
Virgen
de Las Angustias. En 1627, al fallecer Juan de
Mesa, estaba en su taller esta imagen de la Virgen con Jesús descendido de la
cruz en su regazo.
Este grupo escultórico se encuentra, en la actualidad, en la
Real Iglesia de San Pablo de Córdoba aunque siempre fue su casa la Iglesia de
San Agustín.
Este conjunto constituye el testamento artístico del maestro Mesa
por su dramatismo y extremada hermosura.
Francisco
de Ocampo, nació en Villacarrillo provincia de
Jaén, en 1579; con catorce años estaba en Sevilla bajo la protección de su tío
Andrés de Ocampo.
Es uno de los artistas más fecundos de la Escuela Sevillana,
su producción es larga, algunas de sus obras son:
Jesús
Nazareno. En la capilla sacramental de la
iglesia de San Bartolomé de Carmona, se encuentra esta imagen realizada en
1607. La talla es de tamaño natural y totalmente esculpida.
Cristo
del Calvario. Está inspirado en el Cristo de la
Clemencia pero es una obra con rasgos propios de austera expresión, cuerpo
esbelto mide 1,65 metros, Cristo está muerto.
Crucificado
de la Salud. Atribuido a Ocampo, esta imagen del barrio de la
Carretería Sevilla mide 1,70 metros tiene notas de realismo en su tratamiento
anatómico y en su cabeza y sudario recuerdos de las composiciones manieristas.
Jesús
Nazareno. Atribuido a Ocampo, esta imagen de la Hermandad
del Silencio de Sevilla mide 1,83 metros está hecha para ser vestida pero tiene
anatomizada gran parte de su cuerpo y brazos articulados; tanto las manos como
el cuello y cabeza están soberbiamente esculpidos con expresivos detalles
realistas.
Jesús
de la Salud. Atribuido a Ocampo, este Nazareno de la Hermandad
de la Candelaria de Sevilla mide 1,35 metros y está tallado totalmente. Su
aspecto general es de gran nobleza y de conseguido movimiento itinerante.
Alonso
Cano. Nació en Granada en 1601 y desde 1614 se
afincó en Sevilla aunque curiosamente no existe una imagen procesional suya en
la capital hispalense.
Sí se conserva una Inmaculada Concepción que hoy
pertenece a la Sacramental de la parroquia de San Julián y La Inmaculada
Concepción realizada en 1654 para la catedral de Granada.
A pesar de la ausencia
de obras procesionales, es tal su peso e importancia en la evolución de la
Escuela que lo he traído a colación.
Pedro
Nieto. Tenemos noticias de él entre 1610 y
1648. En 1628 contrató las esculturas de los dos ladrones para la Cofradía de
Montserrat, que no son las que actualmente figuran en el paso de misterio.
Los
Hermanos Ribas. De los tres hermanos (Felipe, Gaspar y Francisco) solamente dos se
dedicaron a tareas escultóricas.
Felipe nació en
Córdoba en 1609, fue aprendiz de Juan de Mesa, es obra suya el Jesús de
la Divina Misericordia, titular de la Hermandad sacramental de las Siete
Palabras, de la Iglesia de San Vicente de Sevilla realizada en el año 1641.
Francisco Dionisio realizó el Niño Jesús (1644) de
la sacramental de San Juan de la Palma de Sevilla fusionada con la Hermandad de
la Amargura.
José
de Arce. Es flamenco (de Flandes), aparece
documentado en Andalucía desde 1634 a 1666 de gran influencia en los círculos
artísticos de la época, aunque no tiene
ninguna imagen procesional.
Sebastián
Rodríguez. Activo en el segundo cuarto del
siglo XVII, autor del Cristo del Buen Fin (1645).
Felipe
Morales Nieto. Se tienen pocas noticias de él. Su
única obra documentada es el Cristo de la Sentencia de la Hermandad de la
Macarena realizado en 1654.
Alonso
Martínez. Trabajó en Sevilla y Cádiz en el
segundo tercio del siglo XVII. Se conserva de su producción la Inmaculada
Concepción de la Sacristía Mayor de la Catedral de Sevilla y una imagen de
Jesús atado a la columna en la Iglesia de Santiago de Carmona.
Otros
maestros del realismo.
Citaremos solamente sus
nombres:
Alonso
Álvarez de Albarrán.
Jacinto
Pimentel.
Juan
de Remesal.
Gaspar
Ginés.
Martín
de Andújar.
Luis
Ortiz de Vargas.
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