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viernes, 22 de marzo de 2013

LA CAPILLA de la HERMANDAD del HUERTO de PALMA del RÍO en la PARROQUIA de SAN FRANCISCO.

Cuando S.E.R. Don José Antonio Infantes Florido (q.e.p.d.), obispo de Córdoba, por Decreto dado a ocho de Diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen, del año mil novecientos noventa  y dos (1) erige canónicamente a la Hermandad del Señor Orando en el Huerto, Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de Palma y Esperanza en la Parroquia de San Francisco, la capilla que ocupa la Hermandad desde su fundación en 1959, cumplía al menos, 341 años; y es que la actual capilla del Huerto tiene una dilatada historia…
Las primeras noticias acerca de la construcción de la capilla, nos llegan a través de Fray Andrés de Guadalupe en su obra: “Historia de la Santa Provincia de los Ángeles” (2).

La Orden Franciscana tiene dos conventos en las inmediaciones de Palma del Río: El de Santa María de los Ángeles (en el actual término municipal de Hornachuelos) y el de San Luis del Monte (término municipal de Peñaflor).

Para curar a los enfermos de ambos conventos, solicitan  los Franciscanos a D. Luis Portocarrero, I Conde de Palma y VIII Señor de la Villa junto a su primera esposa Dª Leonor de la Vega Girón les cediesen un lugar para construir una enfermería.

La Orden Franciscana había realizado varios intentos para establecerse en Palma del Río y desde antiguo habían mantenido contactos con los señores de la Villa. Micer Alfonso Bocanegra, III Señor de Palma y Fuente del Álamo tenía relación con la Orden a través del convento de San Pedro el Real de Córdoba, esta relación venía desde la cuna de nacimiento de la familia Bocanegra, su tío Simón Bocanegra, Duque de Génova, hermano de Egidio Bocanegra, I Señor de Palma; había sido enterrado en el convento de San Francisco de aquella ciudad Italiana (3), el mismo micer Alfonso Bocanegra: “Dispone ser enterrado en la iglesia de Santa María de Palma en la capilla donde están sepultados su padre y su madre. Ordena su entierro al que deben asistir los frailes franciscanos del convento de San Pedro el Real de Córdoba; funda una capellanía en dicho monasterio a favor de su alma, y solicita ser enterrado con el hábito de San Francisco (4).

Micer Gilio Bocanegra IV Señor de Palma y V de Fuente del Álamo junto con su mujer Francisca Portocarrero, habían continuado los contactos con la Orden Franciscana y debido a estas relaciones, puede que conocieran la devoción a la Virgen de Belén. Dado que en el año 2006 se celebró el bicentenario de la concesión del patronazgo de la Virgen de Belén a la entonces Villa de Palma del Río según consta en el acta del cabildo celebrado el 11 de Septiembre de 1806 (5), creo conveniente traer a estas páginas la leyenda de cómo llegó esta devoción a Palma del Río.

Nuestro paisano D. Manuel Nieto Cumplido nos la relata: “El título de Santa María de Belén había llegado a Europa, según la tradición, a través de la isla de Cerdeña (Italia), en concreto la ciudad de Sássari, antiguo “Castrum Saxi”, así llamado por sus rocas y minas de hierro, como el alfar palmeño de “Saxvmferrevm” de los romanos, muy cercano a la ermita palmeña. Identidad curiosa en cuanto a sus emplazamientos. Cuenta la leyenda que dos frailes franciscanos arribaron desde Tierra Santa al puerto de Torres, cercano a Sássari, a comienzos del siglo XIV. Con ellos venía una pequeña imagen de la Virgen a la que los frailes habían dado el título de Santa María de Belén, imagen que quedó en la capital de la provincia Sarda donde se levantó un santuario con el mismo título. No debe parecer extraño, supuesta la influencia de los frailes franciscanos de los conventos de San Pedro el Real de Córdoba, San Francisco del Monte, de Adamuz, de Constantina y de Villaverde del Río en micer Gilio y doña Francisca, que la devoción llegara a través de alguno de los frailes de estos conventos”.(6).

Se construyó una ermita  dedicada a la Virgen de Belén que se situó al otro lado del río Guadalquivir, en un cerro, entre los años 1425 – 1436; posteriormente se construirá una nueva ermita con esta misma advocación: “Según la documentación, entre 1496… y 1509… se ha construido… una nueva ermita que ahorraba los gastos y el peligro de pasar en barca a la orilla derecha del Guadalquivir para visitar a venerada imagen, si es que no había otros propósitos aún no declarados como el de crear un lugar religioso necesario que apoyase la fundación franciscana  - llamado a la vez eremitorio -, ya pretendida antes de la fundación del convento de San Luis del Monte”.(7)

Transcurre el tiempo y a pesar de la oposición de algunos miembros de la Orden por fundar un convento en un lugar tan próximo a núcleos habitados, se accede a ello por Orden del capítulo General, siendo provincial el padre Fray Francisco de los Ángeles Quiñones. “… en el rescripto de fundación del convento de Nuestra Señora de Belén,  dado en Roma a 14 de noviembre de 1518 por el cardenal Leonardo Grossus de Rovere, del título de San Pedro ad Vincula (+1520), dirigido al guardián y hermanos de Señora Santa María de Belén, de Palma (Dominae Santae Mariae de Bethem), se afirma que en ese momento no era aún casa de la Orden de Menores, sino tan sólo eremitorium (eremitorio) para curar a los hermanos enfermos”.(8)

Este será en primer paso para fundar el convento de Nuestra Señora de Belén de Palma del Río que según Antonio Moreno Carmona, (9) se llamará así hasta que la imagen de la Virgen de Belén que estaba en ese eremitorio se traslade a la capilla que actualmente ocupa pasado el río Guadalquivir y desde entonces se le comenzó a llamar Convento de San Francisco.

De esta forma se establece en Palma del Río la Orden Franciscana que permanecerá en la ciudad hasta su exclaustración en 1840.(10) Uno de sus hijos, el Reverendísimo Padre Fray Juan de Palma, nacido en esta ciudad en 1578, hijo de Alonso Ruiz y Lucía Gómez, jugará un papel esencial en la construcción de la capilla del Huerto.

Fray Ambrosio de Torres y Orden nos dice que Fray Juan de Palma fue nombrado confesor y director espiritual de “la serenísima Infanta doña Margarita, hija de Felipe IV, y observante religiosa de las Descalzas Reales de Madrid (11), nada nos dice de este nombramiento Fray Andrés de Guadalupe (12) que sí comenta en su obra, que a Fray Juan de Palma no le gustaba mucho el boato de la Corte y sus puestos honoríficos.

Estando en el convento de Nuestra Señora de Belén de Palma, recibe una carta del Ministro General de la Orden Franciscana, Fray Juan Merinero, cuyo contenido es el siguiente: “Pedro de Arce, Secretario de Estado y que a la presente despacha con su Majestad la Reina nuestra señora, que Dios guarde, me envió un papel el Domingo pasado, treinta y uno de Julio, que contiene estas palabras: La Reina nuestra señora, Dios la guarde, me ha mandado, diga a V.P. Reverendísima, envíe a llamar luego al Padre Palma, que es necesario para efecto de su real servicio. Palacio treinta y uno de Julio de seiscientos cuarenta y cuatro. Pedro de Arce”. (13)

Continúa Fray Juan Merinero ordenando a Fray Juan de Palma que se desplace a Madrid: “Yo le respondí luego, que el martes dos de Agosto que era la estafeta de Sevilla, avisaría al Venerable Padre y ordenaría se partiese luego al punto y viniese aquí (a Madrid). Y así en cumplimiento de esta orden, luego al punto, que V.P. reciba esta (carta), se ponga en camino y venga a mi presencia, sin decir, que es orden de la Reina, sino que lo envió a llamar el Padre Visitador… no se detenga sino venga luego a San Francisco de Madrid. Agosto dos de seiscientos cuarenta y cuatro. Fray Juan Merinero. Ministro General”.

Cuando Fray Juan de Palma llega a Madrid “hízole la gracia de confesor suyo la Reina Católica Doña Isabel de Borbón, mujer del Católico Rey de las Españas Felipe IV “El Grande”.
Isabel de Borbón, nació en Fontainebleau el 22 de noviembre de 1603. Era hija de Enrique IV, rey de Francia y de María de Médicis; su abuela materna fue Juana de Labrit, reina de Navarra.

Se casó por poderes el 18 de octubre de 1615, con doce años aún no cumplidos.

El 22 de noviembre de 1615 conoció a su marido, futuro rey de España Felipe IV.

El 25 de noviembre de 1620 se juntaron Isabel de Borbón y Felipe para consumar el matrimonio (Isabel tenía diecisiete años y Felipe quince, había nacido en Valladolid el viernes santo, 8 de abril de 1605).

Felipe III muere el 31 de marzo de 1621 a las 9:15 horas. Ese mismo día Felipe e Isabel son proclamados Reyes de las Españas.

La reina enfermó de erisipela. Murió el 6 de octubre de 1644, cuando aún no había cumplido los cuarenta y un años.

Desde el 11 de noviembre de 1623, tenía hecho testamento que revocó la víspera de su muerte, dando poder al rey para que ordenase su última voluntad. (14)

La reina nombró al R.P. Fray Juan de Palma uno de sus albaceas testamentarios: “Nombrole su majestad por uno de sus albaceas testamentarios”. (15)

El Rey Felipe IV, por mano del Marqués de Colares, entregó a Fray Juan de Palma una imagen de la Virgen que perteneció a la Reina Isabel:  “Reverendísimo señor, habiendo cumplido el inventario de la Reina nuestra señora, que está en el cielo, de que luego di cuenta al Rey nuestro Señor, se sirvió su Majestad, antes de empezar a disponer las mandas del testamento que se llevase a Vuestra Reverendísima esta santa imagen, que Vuestra Reverendísima debe estimar mucho, así por legado, como por la memoria de su Majestad, y estimación con que dejo a Vuestra Reverendísima, que escogiese otra si le parece mejor. Pero yo me incliné a esta porque como conozco la modestia de Vuestra Reverendísima, y sé que no quiso admitir, que propusiésemos una, que por ser de oro, y de valor considerable, le perdió Vuestra Reverendísima la devoción, me incliné a seguir el gusto de Vuestra Reverendísima, a quien nuestro Señor guarde como deseo: El Marqués de Colares”.

De las dos posibles imágenes, el Marqués de Colares, hace entrega a Fray Juan de Palma de una talla completa “…la imagen de talla de grande primor, y precio: la hermosura admira, arrebata el corazón de todos los que la miran, está sentada en una silla con soberana majestad, y compostura, con un niño Jesús en los brazos de excelentísima hermosura y graciosidad. Fue joya preciosa de la reina Isabel de Borbón”. (16)

Desconocemos al autor de la imagen y su estilo (gótico, renacimiento, manierismo…), sí se nos dice que es una imagen sedente, de talla, por tanto; de madera con buena hechura y con un Niño Jesús en brazos, que fue imagen predilecta de la Reina.

La figura de la Virgen María ya hacía tiempo que había cobrado importancia teológica como elemento clave para explicar la doble naturaleza (humana y divina) del Señor. Según la describe Fray Andrés, la Virgen podría estar representada como Theotócos o “Madre de Dios”, sentada, con disposición frontal y con el Niño sobre su regazo. Podemos ver un ejemplo en la pintura del maestro de Tahüll: “Maiestas Mariae recibiendo la adoración de los Reyes Magos”, obra del año 1123 que se encuentra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña en Barcelona. O tal vez, y derivada de esta forma, la Virgen pudo estar representada como “Maestá” o “Majestad”, imagen de la Virgen entronizada con el niño en brazos que pueblan la escultura gótica y renacentista. Podemos ver un ejemplo en la obra de Juan Van Eyck: “La Virgen del canónigo Juris van del Paele”, óleo sobre tabla del año 1436 que se encuentra en el Museo Comunal de Brujas.

El Reverendo Padre Palma no pudo regresar a su convento de “Ntra. Sra. de Belén” porque el Rey lo nombra confesor de la Infanta su hija: “Hizole gracia de confesor de la Serenísima Princesa Dª María Teresa su hija (hoy reina cristianísima de Francia) que tendrá cinco o seis años de edad”. (17)
Fray Juan de Palma enferma el “día de la aparición de San Miguel, ocho días de Mayo del año mil seiscientos y cuarenta y ocho, amaneció con calentura, fue viernes; llamose el Médico, parecióle de cuidado, Sábado envió la Serenísima Infanta su Médico de cámara, para que le visitase: juntos ambos Médicos por la tarde le vieron, salieron descontentos de la enfermedad: preguntoles el Secretario General Fray Alonso de la Peña, que le asistía, su sentir; respondieron, se moría, sin que la medicina pudiese remediarlo”. (18)

Murió el miércoles, 13 de mayo de 1648 a los 70 años de edad. “Dieron sepultura a su venerable cuerpo en la antesacristía del convento de San Francisco de Madrid, donde descansa en paz con otros muchos de Generales, en el mismo sitio sepultados”. (19)

La imagen de la Virgen, por orden de Fray Juan de Palma fue enviada a su convento de Ntra. Sra. de Belén de Palma del Río: “Después de la muerte del Reverendísimo Padre Fray Juan de Palma la trajo por orden suyo el padre Fray Alonso de la Peña, su Secretario General, natural de la villa de Palma”. (20)

En la Iglesia del convento, se hizo una capilla adosada al templo, en sentido perpendicular al eje de la iglesia. Fue costeada por los Condes de Palma; Dª Leonor de Guzmán, Marquesa de Almenara (21) y por su nieto el V Conde de Palma y VII Marqués de Montesclaros D. Luis Antonio Tomás Portocarrero y Mendoza que había nacido en 1649, por lo que tenía dos años cuando se colocó la imagen en el camarín: “Hizola una hermosa capilla con suma devoción, adornada de un rico retablo de azulejos, pinturas, (frescos) y láminas (cuadros) preciosas (es una rica joya) y en procesión solemne colocó la imagen en ella el día de la Pascua de Reyes (6 de enero de 1651) concurriendo todo el pueblo: desde entonces es tenida (La Virgen de los Reyes) en suma veneración. El pontífice Inocencio nono concedió solo a los moradores de este convento, que todos los lunes del año y la infraoctava de Todos los Santos puedan decir Misa de ánima en esta capilla”.
En la parte exterior de la capilla, existe una inscripción, que ha sido restaurada en 2005 por la empresa Stvrmio de Sevilla, en la que se puede leer: “Hizose este cámara a expensas…” y nos da a entender que fue obra de los Condes de Palma. (22)
La capilla se construye en una época muy complicada en la historia de Palma del Río, (23) se la conoció con el nombre de capilla de Nuestra Señora de los Reyes.

Nada nos ha quedado de los azulejos, ni de los cuadros, aunque al parecer, el cuadro de forma semicircular que se conserva en la Parroquia de la Asunción representando a la Divina Pastora, estuvo originariamente en esta capilla.
Presenta nave única con camarín. Es de planta cuadrada, se cubre con cúpula semiesférica sobre tambor octogonal que la sustenta, pechinas con ciclo iconográfico de la letanía Lauretana (24) rematando el conjunto una linterna ciega. En el tambor se aprecian varios vanos que iluminan la capilla, algunos están cegados. La cúpula se decora con yeserías de hojas de acanto, angelotes, molduras… con gran riqueza ornamental e ilusionista, proliferando las formas onduladas que persiguen seducir al espectador a través de los sentidos, deseo expresado en el Concilio de Trento para atraer a los fieles, el espectador hace suya una experiencia religiosa haciendo suyos los triunfos políticos del catolicismo y del Poder establecido representado en la Villa de Palma por Dª Leonor de Guzmán.

Al fondo de la capilla, se encuentra el camarín que hasta 1936 ocupó la Virgen de los Reyes, nada ha quedado de esta imagen que se quemó al igual que el altar mayor y coro de la iglesia.

El camarín presenta estucos con rica decoración pintada, molduras y el símbolo del Ave María sobre una venera que nos recuerda a la utilizada por Piero della Francesca en su obra: “Virgen y Santos” de hacia 1474 para la iglesia de San Bernardino de Urbino (renacimiento cuatrocentista) o la de Alejandro Botticelli: “Nacimiento de Venus” de 1482 actualmente en la Galería de los Uffizi de Florencia. El uso de la venera está siempre relacionado con lo sagrado, como la vieira compostelana o la impresionante venera que cubre el mihrab de la Aljama Cordobesa mandada realizar por Al-Hakam II.
También aparecen en el camarín símbolos netamente franciscanos como el escudo de las cinco llagas de San Francisco y un escudo con lo que parece ser la letra ese, todo ello adornado con flores. Sobre la ventana, aparece una estrella con rasgos humanos que puede simbolizar el nuevo testamento (el Sol) o hacer alusión nuevamente a la letanía Lauretana: “Stella matutina”, debajo de la venera están las siglas “JHS”; sobre la “H” aparece una cruz y debajo tres clavos, símbolos de la pasión de Cristo.

Debajo del camarín, existe una habitación con una pequeña ventana, que da a la Plaza de San Francisco que pudiera ser el lugar donde se pedían los sacramentos a altas horas de la noche como asevera Román Gamero Pérez.

Cierra la capilla un hermoso cancel de dos cuerpos con el anagrama del Ave María en su centro enmarcado en un círculo, rematado por corona condal y con una filacteria en cuya leyenda figuran al parecer, las palabras de salutación del Arcángel Gabriel a María.

La intervención llevada a cabo por la Hermandad en el año 1998 fue importante afectando a todas las partes esenciales de la capilla, fue entonces cuando se descubrió el estuco del camarín, se empleó mármol para la solería y zócalos así como para las escaleras de acceso al camarín, se dotó a la capilla de una nueva iluminación artística, se limpió el retablo de acceso al camarín quitando los repintes y dejando al descubierto el pan de oro original…
Con esta intervención, la Hermandad del Huerto ha conservado, para poder legar a las futuras generaciones, una parte de la historia de Palma del Río, una pieza importante de su patrimonio histórico artístico porque como bien dijo Roy Adzak: “El buen arte no es lo que representa, sino lo que despierta en nosotros”.

Nada queda de aquellos azulejos, retablo o imagen de la Virgen de los Reyes que admiraron los palmeños desde comedios del siglo XVII pero… si la Virgen de los Reyes fue joya preciosa de la Reina Isabel de Borbón, María Santísima de Palma y Esperanza, Reina del Martes Santo, es joya preciosa de la Semana Santa Palmeña.

NOTAS:
(1).- Decreto de la Cancillería del Obispado de Córdoba, número de salida 3555/92.

(2).- Guadalupe, Fray Andrés de: “Historia de la Santa Provincia de los Ángeles”. Madrid. 1662. Sobre el convento de Nuestra Señora de Belén de Palma (actual Parroquia de San Francisco) y la capilla de Nuestra Señora de los Reyes (actual capilla de la Hermandad del Huerto). Libro quinto, capítulo XIII, pág. 157-159.

(3).- Nieto Cumplido, Manuel: “Palma del Río en la Edad Media (855-1503) Señorío de Bocanegra y Portocarrero”. Editorial Gráficas Minerva de Córdoba SL. Córdoba. 2004. Página 83.

(4).-ibidem, pág. 84

(5).- Torres y Orden, Fray Ambrosio de: “Historia de Palma del Río”. Año 1774; “Notas, glosas y Apéndices” de Antonio Moreno Carmona, 3ª edición. Madrid 1963; Apéndice “A”; pág. 220.

(6).- Op. Cit. “Palma del Río en la Edad Media (855-1503)… pág. 270; también se puede consultar la pág. 233.

(7).- Op. Cit. . “Palma del Río en la Edad Media (855-1503)… pág. 270 – 271.

(8).- Op. Cit. “Palma del Río en la Edad Media (855 – 1503)…”, pág. 271. Fray Andrés de Guadalupe publica, en latín, el documento de fundación del convento de Nuestra Señora de Belén que nuestro recordado párroco D. Francisco Moreno Orcas (q.e.p.d.) traduce y publica en la pág. 65 del libro: “Palma Monumental. Catálogo histórico – artístico”, editado por Saxoferreo en 1994, siendo sus autores: D. José Gamero Ruiz, D. Antonio León Lillo y Dª María Eva Lopera Delgado.

(9).- Op. Cit. “Historia de Palma del Río…”, pág. 121

(10).- La exclaustración se produce en aplicación de las leyes desamortizadoras del gobierno de la Nación. El 15 de junio de 1835, formó gobierno el conde de Toreno quien nombra a don Juan Álvarez Mendizábal Ministro de hacienda, quien por cierto, jamás tomó posesión de su Ministerio. El gobierno Toreno promulgó dos decretos encaminados a disminuir el poderío eclesiástico. El promulgado con fecha 25 de julio de 1835 disponía la supresión de todos los conventos que no tuvieran un mínimo de doce profesos, lo que supuso la clausura de novecientos conventos. El 14 de septiembre de 1835 forma gobierno Mendizábal, quien dentro de su política económica, dispone la supresión de institutos monásticos mediante los Decretos de 16 y 19 de febrero y de 8 de marzo de 1836 que declaran extinguidos los conventos, colegios, congregaciones etc., adjuntándose sus bienes al estado y ordenándose su venta para pagar la Deuda Pública, en la práctica supuso una transferencia de bienes de la Iglesia a las clases económicamente fuertes, produjo un cambio en la propiedad agraria, pero no en el fraccionamiento de ésta, sino por lo contrario, el reforzamiento de la clase de los terratenientes, en cuyas manos estaban las palancas directrices de la economía y de la política.

(11).- Op. Cit. “Historia de Palma del Río”, pág. 75.

(12).- He consultado el libro: “Memorias de las Reinas Católicas de España” del Padre Agustino Enrique Florez de Setien. Tomo II. Madrid 1716. Reeditado en 1964 por Aguilar S.A. de Ediciones, colección crisol nº 123 para averiguar quién fue “la Serenísima Infanta doña Margarita”. Enrique IV e Isabel de Borbón, su primera esposa, tuvieron seis hijos, aunque la Reina tuvo siete partos. Hubo dos infantas que llevaron por nombre el de Margarita: la Infanta Margarita María que nació el 14 de agosto de 1621 y murió a las veintinueve horas y la Infanta Margarita María Catalina que nació el 25 de noviembre de 1623 y murió a los veintiocho días. Con su segunda esposa, Mariana de Austria, tuvo Felipe IV cinco hijos; hubo una infanta llamada Margarita María que nació en 1651, Fray Juan de Palma no pudo ser su confesor porque había muerto tres años antes de que naciera esta infanta. Por tanto, la infanta a la que se refiere Fray Ambrosio, tuvo que ser uno de los once hijos que documenta Enrique Florez de Setien como habidos fuera del matrimonio, aunque Felipe IV solo reconoció a uno: Juan José de Austria que nació el 7 de abril de 1629 siendo su madre María Calderón, conocida en los ambientes artísticos con el sobrenombre de “La Calderona”. Existió una hija llamada Margarita de Austria de quien Florez de Setien dice: “La cual entró religiosa de edad de seis años en las Descalzas Reales de Madrid, y profesó a los dieciséis, en el año 1666, tomando el nombre de Margarita de la Cruz”. Si esto es cierto, nació en el año 1650, pero Fray Juan de Palma había muerto en 13 de mayo de 1648, dos años antes. Existió otra hija de Felipe IV y madre no conocida llamada Ana Margarita: “Que de edad de doce años entró religiosa agustina en el Real de la Encarnación, de Madrid y profesó en 1650 con el apellido de sor Josefa. Queríala mucho el rey, y mandó la diesen tratamiento de serenidad… Falleció de veintiséis años, hallándose en el oficio de superiora”. Evidentemente alguien está equivocado, o Fray Ambrosio se confunde de Infanta o Enrique Florez de Setien se equivoca en dar la fecha de 1666 o esta infanta era bastarda.

(13).- Op. Cit. “Historia de la Santa…”, libro Nono, capítulo XXI; pág. 460.

(14).- Sobre la significación política de Isabel de Borbón podemos consultar: García Naranjo, Rosa María y Egea Aranda, Juan Antonio: “Informe: la capilla de la Virgen de los Reyes (Iglesia de San Francisco de Palma del Río)”. Págs. 19-23.

(15).- Op. Cit. “Historia de la Santa… “, libro nono, capítulo XXI; pág. 461

(16).- Op. Cit. “Historia de la Santa… “, libro quinto, capítulo XIII; pág. 158

(17).- Op. Cit. “Historia de la Santa…”, libro nono, capítulo XXI; pág. 461-462. Aquí no hay duda ninguna de que se refiere a la Infanta María Teresa, última hija nacida del matrimonio de Felipe IV e Isabel de Borbón que nació el 20 de septiembre de 1638. En 1660 se casó con el Rey de Francia Luis XIV. Sería abuela del futuro Rey de España Felipe V, primer rey de la casa de Borbón.

(18).- Op. Cit. “Historia de la Santa… “, libro nono, capítulo XXV; pág. 471.

(19).- Ibidem. pág. 472.

(20).- Op. Cit. “Historia de la Santa…”, libro quinto, capítulo XIV, pág. 159.

(21).- Sobre Leonor de Guzmán y lo que significó en su época consultar: García Naranjo, Rosa María: “Doña Leonor de Guzmán o el espíritu de Casta”. Servicio de publicaciones Universidad de Córdoba; Cajasur Publicaciones; colección Estudios de Historia Moderna. Córdoba 2005.

(22).- Román Gamero Pérez en “La Gaceta Popular”, nº 2, año 1996; epígrafe: “Una Real Capilla”; escribe: “Para alojar esta imagen se labró hermosa y gran capilla y un costosísimo camarín, tal como reza una inscripción en la fachada del camarín; “costeó este camarín a expensa de María sin pecado concebida por los Condes de Palma”.

(23).- Para hacernos una idea; además de consultar la obra citada de Rosa María García Naranjo, podemos ver:  Peña Izquierdo, Antonio Ramón: “La Casa de Palma. La familia Portocarrero en el gobierno de la Monarquía Hispánica (1665 – 1700)”. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba; Cajasur Publicaciones; colección Estudios de Historia Moderna, Córdoba 2004; “3.1 La etapa de 1674 – 1652”; págs. 136 y ss.

(24).- Podemos ver en las pechinas la representación de las siguientes letanías: Espejo de Justicia, Puerta del Cielo, Fuente Espiritual, Pozo de Sabiduría.

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